¿Cuántas veces te has dicho esta frase alguna vez?
“Si me hubieran contado o enseñado esto cuando era joven, otro gallo me hubiera cantado”
Tenemos clarísimo que los adolescentes son seres humanos grandiosos, llenos de cosas buenas, de potencial, de sueños, de capacidades, pero no desgraciadamente a nosotros, padres en general no nos enseñaron a identificar y pulir el diamante que llevan dentro (igual que tampoco lo hicieron con nosotros)
Así que ahora se trata de facilitar el camino a nuestros niños (bueno, ya sabes que no son niños pero nos lo siguen pareciendo, no podemos evitarlo) para que sean ciudadanos serenos, plenos, realizados y felices cuando ya no estén a nuestro lado. Y nuestra última oportunidad de hacerlo y de influirles está en la adolescencia, una etapa clave de la vida y de la persona en la que nos convertiremos.
Por eso es tan poderoso y útil un acompañamiento de la mano de alguien que admire y honre a los adolescentes, que crea a muerte en ellos y que sea profesional de dar orientación, claridad y sacar brillo al diamante que todos y cada uno de ellos lleva dentro.
¿Te gustaría esto para tu hijo o hija?