Ayer he vivido una experiencia muy potente.
Vine a Cádiz, a dar una conferencia para una empresa que está inmersa en un gran proyecto de crecimiento (si te contara la acumulación de sincronicidades que se dieron para que esto pasara, ibas a alucinar, tal vez para otro día).
¡Muchas gracias a José Manuel Segovia, a Eva, a María José por su confianza y por apostar fuerte!
Bueno, el caso es que ayer estuve hablando de temas proscritos en otros lugares.
¿Es frecuente hablar en entornos de empresa, con todos los directivos a mandos allí, más de 100, de conceptos como consciencia, asunción de la realidad, de conciencia, de que todo lo que ocurre está orientado a que veas algo de ti para que puedas evolucionar…?
Pues ya te digo que no.
Y para que esto suceda tienen que darse dos factores:
1. Que la empresa esté orientada a las personas (pero de verdad). Y cuando digo la empresa, me refiero a los que la dirigen y también a los mandos (si los que la dirigen no están por la labor, aunque otros sí, es ardua la tarea, ¡vive Dios!).
2. Que la persona que da la conferencia, charla, o lo que sea menester, haga su trabajo. Y aquí entramos en materia.
Porque el trabajo de un comunicador de verdad, pasa por transmitir desde la coherencia, verbigracia:
Cuando estoy contando lo que estoy contando, lo cuento no porque busque un objetivo y resultado, sino porque no tengo otra opción que contarlo, ya que nace de mí, y el sentimiento profundo que surge es el expresarlo, indistintamente a las reacciones de mi audiencia.
Lo que estamos haciendo entonces es desvincular lo que transmites de una necesidad particular tuya. Y esto deviene en ausencia de la energía del miedo.
Vamos a partir de la idea principal:
La gente te hace caso y te presta atención debido a la energía que emanas, al “desde donde” haces las cosas.
De hecho, la gente en el fondo nunca busca de primeras lo que estás contando, ni por qué lo estás contando, ni para qué lo estás contando, ni por qué lo estás contando. Eso viene después y es secundario, pues está vinculado al ámbito material, tangible, a las necesidades personales de cada uno, a sus miedos, preocupaciones, a sus carencias, complejos…
Pero cuando la gente conecta con tu energía, es porque su consciencia (aunque ellos no se den cuenta) está operando. Su sentido profundo está presente, lo intangible, lo importante se muestra.
Y por eso ocurre que cuando te sientes en Flow comunicando, porque es coherente, las personas te atienden mucho mucho más, porque están detectando lo que desde el punto de vista material denominaríamos magia, magnetismo, inspiración…. Que no es otra cosa que estar con alguien conectado a su esencia.
En mi caso, cuando salgo a un escenario, hablo de un montón de cosas, aunque de fondo haya una idea principal y única que expreso de maneras variopintas. Es como un buffet libre de un hotel:
Cada persona va a elegir lo que más le cuadra, que nunca va a ser todo.
Para mí eso es realismo: saber que no todo es para todo el mundo, ni que nadie está en el mismo estado vital y evolutivo que el de al lado. No aspiro a que todos se lleven algo igual.
Además, desde la identidad cuántica sé que no tengo ni idea del efecto que van a causar mis palabras y acciones.
Eso me supera, ya que no puedo discernir las consecuencias y el plan global de una metaconsciencia (vete tú a saber en realidad la finalidad final de lo que ha ocurrido, y hasta donde va a llegar = efecto mariposa).
Mi trabajo real es ser lo más coherente = auténtico posible.
A más miedo, menos autenticidad. A más dependencia de los resultados = más miedo.
Cuando vas dándote cuenta de tus patrones y vas desmontándolos poco a poco, se van abriendo espacios de libertad en ti que no te quepa duda, se reflejan en tus palabras y actos sin que tú lo pretendas.
Es un limonero dando limones sin saber si alguien recogerá la cosecha o no. Hace lo que sabe hacer. Y lo hace muy bien en general.
Así que ahí te lo dejo. No se trata de querer que los otros consigan esto o aquello. Se trata de permitir que tu esencia aflore. Y después, viene lo demás.
Te mando un gran abrazo, y ¡Buen Camino!
Josepe
PD: en 10 días tendremos Enamoratoria, del 5 al 9 de febrero, presencial en Madrid. Hacemos una edición al año, y trabajaremos todo esto en profundidad, más muchas herramientas y estrategias que conocen muy pocos profesionales y que lo cambian todo.
https://institutoimpact.com/enamoratoria/
Hay una sola plaza disponible (ya hay 17 de 18 cubiertas).
Si quieres venir, tienes que tener experiencia en comunicación.
Te paso este enlace para que puedas agendar una conversación telefónica conmigo directamente y me puedas plantear dudas, preguntas, etc. y también te orientaré si es un programa para ti o no.
Hay posibilidades de tenerlas el lunes 30 o martes 31.
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¿QUIÉN HA ESCRITO ESTE POST?
Josepe García. Es una de las primeras autoridades en España para emprendedores y profesionales del desarrollo de las personas que quieren emprender con éxito, además de uno de los pioneros del coaching en España e introductor de la formación de alto impacto en nuestro país. Director del Instituto Impact, de la Escuela de Oratoria para Empresarios y Creador de programas como «Top Speaker and Trainer» o “Vivir del Coaching”, ha tenido como alumnos u oyentes a más de 40.000 personas en EEUU, México, Panamá, Colombia, Perú, Chile, Francia y España; ha entrenado a más de 800 coaches, formadores, terapeutas, muchos de los cuales hoy son auténticas referencias. Con más de 2000 sesiones de coachings a sus espaldas, ha hecho crecer su empresa un 400% en los últimos 4 años. Es colaborador asiduo de la revista “Emprendedores”, empresario desde los 23 años, es coach profesional de ASESCO, miembro de ICF y AECOP, Coactive Coach por CTI, especialista en Inteligencia Emocional por la UCJC, trainer en PNL por el IPH y Master en Comunicación No Verbal con Joaquina Fernández. Es autor de la novela Best Seller sobre el Camino de Santiago ya en su 11ª Edición “Buen Camino”, o “PNL para líderes”.