Hola, Aquí Josepe, ¡espero que estés estupendamente!
Te cuento lo que me pasó el otro día, que me dio mucho que pensar…
Hace una semana, dentro de nuestro programa de oratoria de alto impacto “Enamoratoria”, fuimos a una clase de teatro de improvisación, porque en comunicación ante el público es crucial saber reaccionar cuando se rompe el guion.
Y allí estábamos todos, incluido yo, claro, haciendo unos ejercicios superdivertidos, cuando nos tocó crear una historia donde dábamos muy pocos datos a otro compañero, y a partir de la conversación que ibas creando, el otro se tenía que acoplar a lo que ibas diciendo y seguir la historia….
Hubo algunas brillantes, otras hilarantes y otras costó algo más….
Y unos minutos después, ya analizando el aprendizaje con nuestro profe de impro, éste dijo algo que me dejó con los ojos como platos, por su simpleza y a la vez por las consecuencias que podía tener allí, actuando, pero también en la vida:
– “Chicos, la clave de la improvisación es decir sí en vez de decir no.”
– “¿Ehhhhh???”
Y nos lo explicó.
Cuando suceden cosas encima de un escenario y estás improvisando con alguien, tienes que estar dispuesto a decir sí a la propuesta del otro, aunque tú no hubieras hecho/dicho lo mismo. O, en otras palabras: Tienes que renunciar a tu plan para seguirle la corriente.
De esta manera, te abres a todas las opciones que la situación plantea y así puedes continuarla de manera armoniosa, divertida, utilizando todo lo que suceda para avanzar.
¿Qué es algo que sucede con harta frecuencia por ejemplo con los comunicadores, formadores o speakers profesionales?
Que en el momento que ocurre algo no previsto que se sale del guion, les genera malestar. Tanto si es por parte del público, donde hay alguien que les cuestiona, les interpela, les interrumpe, discrepa, o por parte de la organización, o sencillamente no ha gestionado bien su tiempo.
El caso es que dice “no” a lo que está sucediendo y se enfrenta a ello, en vez de incorporarlo como algo que pueda ser enriquecedor y que aporte.
Y aquí se diferencia quien es realmente un profesional de quien no lo es, aunque se lo crea. Porque quien lo es de verdad, dice Sí a lo que sucede, y no se pone a decir No. El caso es que ya ha sucedido…. ¿Qué hago con ello entonces?
Pero vayamos más allá de la comunicación en público…. Vayamos a nuestra vida.
¿Cuántas veces decimos que Sí a lo inesperado, incluso aunque lo percibamos nocivo? Básicamente, casi nunca.
Vivimos en un enfrentamiento constante con las circunstancias. Y eso, como bien sabes, de entrada, agota. Porque la práctica sistemática de “decir no” a lo que sucede en general es una esclarecedora metáfora de que intento que mi mundo, en mi caso “Josepe’s World” sea el mundo que vivo cada día.
Y no cuela. El mundo es el mundo, y no mi mundo.
¿Por qué nos enfadamos tanto en intensidad y frecuencia? Porque decimos “no” a lo que sucede. Hoy el mundo, la gente, no ha sido como debería ser desde mi punto de vista.
Pero…. ¿qué pasaría si lo que sucede tiene un sentido de aprendizaje para mí?
¿Qué pasaría diciendo “sí” en la gran obra de la vida a lo que no esperamos y lo incorporáramos para aprender de ello, e incluso en muchas ocasiones lo disfrutáramos?
He dicho tantas veces que no a lo que me ha sucedido por la necesidad imperiosa de control en la que he vivido sumido…. Ese control de las circunstancias de mi existencia que se supone me daría más seguridad y certeza…
Ni que decir tiene que no ha funcionado ni mucho menos como esperaba.
Por el contrario, ese “confiar” en lo que sucede como la mejor opción posible, ese delegar en la vida como algo más sabio que tú no entraba en mi mapa.
En definitiva, no tenía incorporado el sentido de Flow o fluir, que lo cambia todo y que supone dejar atrás conceptos como “esfuerzo” (cuando se hace en algo que no te apasiona) o sacrificio.
¿Te imaginas una vida donde todo lo importante y bueno sucede para ti, y encima fácilmente?
Llevamos tanto tiempo con ese programa que nos han inoculado de que todo lo crucial debe costar muchísimo, que cuando algo sale bien y de una manera fluida y rápida, estamos con la mosca detrás de la oreja:
“Aquí hay gato encerrado, no puede ser tan fácil”
Hasta ese punto hemos llegado.
En mi caso, poco a poco voy dándome cuenta de todo esto, y en el momento que empiezas a confiar más en la vida que en ti mismo la magia aparece, llegando un momento donde esa magia ya no lo es porque se ha convertido en cotidiana.
Ahora mismo estoy haciendo “el curso de milagros”, una experiencia que debería vivir todo el mundo. Y una de las frases de dicho curso es que tengo derecho a los milagros. Pero para que eso suceda, debo dejar de hacer las cosas a mi manera todo el tiempo, y mirar a la realidad de otra forma.
¿Sabes una de las cosas más dañinas que tenemos los seres humanos?
La expectativa.
Porque las expectativas matan.
Ya, ya sé que esto suena a muy tremendo. Voy a matizarlo.
Está muy bien tener expectativas y planes para hoy, o para la semana, o para el año, o para el trabajo, o con respecto a mi pareja, o de cara a las vacaciones…. Es muy legítimo.
Lo que nos condena es cuando la expectativa no se cumple. Que suele ser la mayoría de las veces, por cierto.
¿Y qué genera eso? Pues frustración, enfado, ira, tristeza, resentimiento, rencor, agotamiento, depresión, estrés, decaimiento, desesperanza….
Sí, esto es básicamente la sintomatología de un enfermo de “expectativas defraudadas”.
Y ahora vamos a la curación, porque existe.
¿Y si lo que suceda hoy que no coincida con tu plan es mucho mejor para ti a medio y largo plazo que lo que habías previsto tú?
¿No te ha ocurrido cosas en el pasado que en el momento te parecieron auténticas putadas, dramas o faenas, y tiempo después das gracias por ello, porque con la distancia y como decía Steve Jobs, has podido unir los puntos?
Te voy a proponer un experimento:
Mañana declara el “DÍA DE LA NO EXPECTATIVA”.
Eso no supone no hacer planes. Pero sí dar la bienvenida a todo lo que ocurra y que no estaba en esos planes.
Tengo una frase que me ha cambiado la vida y que aplico muchísimas veces sobre todo cuando sucede algo que no quería:
“ASÍ ESTÁ BIEN”
Y no veas que serenidad da…
Por eso te invito a que la incorpores mañana en tu vocabulario en este experimento cada vez que suceda lo inesperado.
Y luego, al final del día me cuentas cuál es tu índice de paz del 1 al 10.
(y si una jornada entera se te hace cuesta arriba, plantéatelo para solo la mañana hasta las 13 h, por ejemplo, ya le meterás un “extensión pack” si te gusta la experiencia)
Así que fíjate todo lo que hay detrás de una sencilla frase escuchada en una clase de improvisación, que al final solo se trata de adaptarte a lo que sucede de manera inteligente:
“La clave de la improvisación es decir sí en vez de decir no”
Y tú, ¿te unes a la tribu del “SÍ”?
¿QUIEN HA ESCRITO ESTE POST?
Josepe García. Es una de las primeras autoridades en España para emprendedores y profesionales del desarrollo de las personas que quieren emprender con éxito, además de uno de los pioneros del coaching en España e introductor de la formación de alto impacto en nuestro país. Director del Instituto Impact, de la Escuela de Oratoria para Empresarios y Creador de programas como «Top Speaker and Trainer» o “Vivir del Coaching”, ha tenido como alumnos u oyentes a más de 40.000 personas en EEUU, México, Panamá, Colombia, Perú, Chile, Francia y España; ha entrenado a más de 800 coaches, formadores, terapeutas, muchos de los cuales hoy son auténticas referencias. Con más de 2000 sesiones de coachings a sus espaldas, ha hecho crecer su empresa un 400% en los últimos 4 años. Es colaborador asiduo de la revista “Emprendedores”, empresario desde los 23 años, es coach profesional de ASESCO, miembro de ICF y AECOP, Coactive Coach por CTI, especialista en Inteligencia Emocional por la UCJC, trainer en PNL por el IPH y Master en Comunicación No Verbal con Joaquina Fernández. Es autor de la novela Best Seller sobre el Camino de Santiago ya en su 11ª Edición “Buen Camino”, o “PNL para líderes”.