- Análisis del cliente y business intelligence: Entender el comportamiento de los clientes es el objetivo de las herramientas de procesamiento de datos, que permiten seguir su recorrido a lo largo de toda la web y utilizar sus «huellas» para mejorar el negocio. Estas herramientas, que se agrupan cada vez más bajo el nombre de Business Intelligence, pasarán de ser consideradas como un lujo prescindible, a convertirse en un requisito para todas las empresas que quieran seguir siendo competitivas en la red.
- Marketing multi-soporte: Con la proliferación de negocios basados en Internet, será cada vez más importante saber comunicar con los clientes a través de algo más que la tradicional web: agendas PALM, teléfonos móviles, consolas de juegos, televisión interactiva… El cambio residirá en saber llegar al cliente por medio de cualquiera de estos soportes, aprovechando sus ventajas.
- Plataformas de catálogos: Serán el modelo predominante para distribuir información sobre los productos a los mercados virtuales. Tan importante es afiliarse a la plataforma de catálogos correcta como contar con un buen distribuidor en el mundo real. Para muchos cataloguistas ésta será la puerta de entrada al B2B.
- Gestión del ciclo de vida del producto: Internet seguirá facilitando la planificación del producto a través de la cooperación entre fabricantes, distribuidores y vendedores que ayuda a las compañías a determinar cuándo lanzar, distribuir y retirar productos. Por ejemplo: un distribuidor de productos electrónicos puede asesorar a Nintendo cuándo intensificar o ralentizar la producción basándose en los cambios en la conducta del consumidor o en el impacto de un producto competidor.
- Diseño de productos: La colaboración debe extenderse hacia otros aspectos, como el diseño de los productos, que tiene que adaptarse a las necesidades de los clientes. La interacción con éstos permite ajustar mejor las características de los artículos y acortará, por tanto, el ciclo de vida del producto.