No sé si estarás de acuerdo con la siguiente afirmación:
«Tengo una cosa clara.
La excelencia en la comunicación y en la formación (y en todo en general) se basa en los detalles (si partimos de una buena base, claro).»
¿Tiene sentido para ti?
Lo que marca la diferencia en realidad siempre son una acumulación de pequeñas cosas que sumadas, convierten algo en remarcable y más si lo comparamos con otros cursos, talleres, programas o eventos a priori “similares”.
Ya sabes que se me llena la boca siempre diciendo que para que haya transformación real la gente tiene que vivir las cosas.
O sea, que es imprescindible que incorporemos experiencias en todo lo que diseñemos a nivel de comunicación o formación, sea esto lo que sea y de la duración que sea, ¡sin excusas!
Y ahí es donde se ve la maestría: A alguien en nivel “maestro”, que son muy pocos, le dará igual si va a dar 8 horas o 15 minutos.
Asumirá el reto de crear experiencias incluso para franjas mínimas de minutos.
El resto, los que son buenos o muy buenos pero no excelentes, se dirán en algún momento que no se puede hacer, que es demasiado poco tiempo, (o lo que es lo mismo: que les da pereza inventar o rediseñar, básicamente, porque cuesta esfuerzo la creación o sencillamente no se ven capaces ) y la mayoría de las veces no lo harán.
Esto se ve continuamente en conferenciantes, oradores y speakers:
La ausencia de experiencias para que las haga el público. Dicho en otras palabras: teoría y unidireccionalidad (porque se creen que la bidireccionalidad, o sea, establecer una conversación con el publico no es posible cuando estás con 500 personas en 20 minutos. Craso error. Claro que se puede, lo que no saben es cómo).
Pero aquí no acaba la cosa con respecto a las experiencias.
Hay que diseñarlas o bien modelarlas para que sean la adecuadas.
Imaginemos que hemos elegido la correcta. Pero ahora ocurre algo que echa en muchos casos a perder esa acción…… (puede haber muchas causas, pero voy a hablar de una en concreto muy desconocida y para mi importantísima)
Aquí va… ¿Qué es lo que ha ocurrido para que no funcione?
Pues la ausencia del “Command Mode”.
¿Ehh? ¿La ausencia del command qué…? (esto se lo saben hasta la extenuación nuestros mdm y top speaker and trainers, así que si lo estás leyendo, es solo un refrescatorio 😊)
El «command mode» se traduciría por “modo comando” o “modo comandante”.
Es simplemente saber dar las instrucciones de dicha acción, dinámica o experiencia.
Y te digo algo: Esto es una ciencia en si misma.
Pero como creemos que no, no nos molestamos en cuidar esto. Y ¿sabes lo que pasa?
¿Sabes cuánto tiempo se pierde en una sala por no saber dar instrucciones precisas?
¿Y cuánta energía?
¿Sabes cuantas veces se hace mal la dinámica, o genera dudas?
¿Sabes cuánta diferencia de criterios dispara entre los participantes el que algunos no lo hayan entendido?
Y no te digo cuando el grupo es grande. Porque como bien sabes, no es lo mismo una dinámica o juego para 20 que para 200 o 2000. Cuanto más grande el grupo, todo es más lento, ¡recuerda a la hora de diseñar!!!
Así que, ¿Cómo damos nosotros en alto impacto las instrucciones en “command mode”?
1. Siempre se exige silencio. Todo el mundo, literalmente TODO EL MUNDO tiene que estar callado y atento. Con que uno no preste atención de 100 ya la has liado. Una persona, una sola persona puede tranquilamente frenar al grupo entero.
2. Para que la gente entre en silencio, yo levanto la mano para que me miren, y les pido ese silencio. Y me quedo yo en silencio hasta que nadie habla. (Suele ser bastante efectivo). Y si no, se lo repito en voz alta. Puedo llegar a decir: «no voy a seguir hasta que todo el mundo me preste atención».
3. Una vez están callados, les pregunto: «¿Tengo tu atención?» Y levanto la mano. Y todos tienen que responder levantando la mano.
4. Ahora es cuando tienen el foco en mi cuando empiezo a dar las instrucciones, jamás antes. Paso de perder ni un minuto si no hay silencio absoluto. Es cuando toca dar instrucciones ¡super sencillas y clarísimas!!! Para ello tú las tienes que tener muy claras antes. E incluso haberlas practicado en casa, con público para que te diga si ha entendido algo o hay que echarte de comer aparte.
La sencillez es la clave del éxito. La otra, la autoridad. Hay que contarlo de manera firme, segura y precisa (de ahí la expresión «Command mode», que es una actitud de autoridad).
5. Utiliza números: «tenéis 10 minutos, haced grupos de 3 personas, etc. etc.» Y cada vez que les digo esto, les pregunto: «¿Grupo de cuantos?» Y responden: «de tres». Es una prueba de que han entendido pero sobre todo y sutilmente, de que siguen ahí y están atentos.
6. Y después de dar las instrucciones, pregunta si ha quedado alguna duda. Muchas veces no tendrás ni que plantearlo, porque solo viendo los caretos de algunos ya sabes que no es que hayas sido un modelo de claridad precisamente.
7. Una vez que las reglas del juego están claras para todo el mundo (incluido tu equipo de gente si tienes equipo de gente. Este es un gran factor olvidado. No esmeramos con los alumnos pero no nos molestamos en hacerlo con nuestra gente y muchas veces la pueden liar parda por ello, porque también dirigen o lideran la actividad. Lo tienen que tener tan claro o más que tú) se comienza la actividad.
(Presta atención a los tiempos y ponte el timer marcha atrás del móvil, es super fácil distraerse!!! . Otra cosa es que tú decidas sobre la marcha recortar tiempos o ampliarlos, pero que no sea porque se te ha pasado el arroz sin darte cuenta).
Y también puedes parar una dinámica si lo deseas y añadir, modificar o quitar una regla, siempre una vez más que se enteren todos y la entiendan ¡todos!
(Estas modificaciones suelen venir cuando estás muy presente, te das cuenta de ciertas cosas y en ese instante consideras cambiar algo. Pero viene por tu foco total en lo que estás haciendo).
Así que jamás titubees dando las instrucciones en “Command mode” y las cosas serán como tienen que ser.
¿Qué has diseñado una actividad para que tengan dudas, o para ver como resuelven ciertas cosas que no queden claras y lo has hecho a posta? Pues entonces esto no aplica.
Así que el command mode, que es un detalle, es muy importante cuando nos importa el ámbito experiencial.
A quien no practique la ciencia de aprender haciendo este post le habrá valido de poco. Espero que tú seas del grupo A de los «experienciales» y no del B (los teóricos), o al menos que empieces a ser del A a partir de ahora, porque la experiencia genera transformación, que es lo que realmente estamos buscando, ¿no?
Un cambio duradero y que se instale en la vida de las personas.
Espero que te sea útil.
Un gran abrazo y ¡buen Camino!
Josepe
¿QUIÉN HA ESCRITO ESTE POST?
Josepe García. Es una de las primeras autoridades en España para emprendedores y profesionales del desarrollo de las personas que quieren emprender con éxito, además de uno de los pioneros del coaching en España e introductor de la formación de alto impacto en nuestro país. Director del Instituto Impact, de la Escuela de Oratoria para Empresarios y Creador de programas como «Top Speaker and Trainer» o “Vivir del Coaching”, ha tenido como alumnos u oyentes a más de 40.000 personas en EEUU, México, Panamá, Colombia, Perú, Chile, Francia y España; ha entrenado a más de 800 coaches, formadores, terapeutas, muchos de los cuales hoy son auténticas referencias. Con más de 2000 sesiones de coachings a sus espaldas, ha hecho crecer su empresa un 400% en los últimos 4 años. Es colaborador asiduo de la revista “Emprendedores”, empresario desde los 23 años, es coach profesional de ASESCO, miembro de ICF y AECOP, Coactive Coach por CTI, especialista en Inteligencia Emocional por la UCJC, trainer en PNL por el IPH y Master en Comunicación No Verbal con Joaquina Fernández. Es autor de la novela Best Seller sobre el Camino de Santiago ya en su 11ª Edición “Buen Camino”, o “PNL para líderes”.