Sí, te lo pido encarecidamente. El año que viene no me mandes felicitación de navidad.
¿Cuántas has recibido estas pasadas fechas? ¿Y cómo? A través de mail y sobre todo whatsapp, supongo…
¿Has abierto todas? ¿te has alegrado cuando te las han enviado? ¿te han hecho ilusión?
En realidad, ¿te ha beneficiado en algo recibirlas o enviarlas, sobre todo a nivel de marca personal o de la marca de tu negocio?
Porque estoy hablando de esas invitaciones masivas, sin personalizar y en muchos casos repetidas que han saturado las memorias de nuestros móviles o las bandejas de entrada de nuestros correos electrónicos.
¿Y cual es la intención de las mismas?:
- ¿Tener un detalle con la persona?
- ¿hacerle sentir que nos acordamos de ella?
- ¿Cuidar a un cliente?
- ¿Hacer llegar un mensaje importante de cara a las fiestas o del nuevo año?
Porque si esa es la intención, el recurso utilizado no funciona. ¿Te gusta la publicidad en el buzón de tu casa? ¿qué sueles hacer con ella?
Suele ser masiva, sin personalizar, no solicitada y que se pierde en el marasmo de otras publicidades que también están en el buzón. De hecho, en general nos molesta. Y lo mismo pasa con la mayoría de las felicitaciones de navidad.
Porque si realmente quieres que funcionen, solo hay que aplicar un principio de marketing tan obvio y de sentido común como olvidado:
PERSONALIZAR Y HACER SENTIR QUE IMPORTA AL QUE RECIBE LA FELICITACIÓN (o el servicio, o el producto, o la comunicación… Lo mismo está pasando cuando las personas buscan trabajo mandando su cv indiscriminadamente. No solo no funciona sino que deja en muy mal lugar al que lo hace de esta manera).
Ahora una vocecilla te dirá: claro, pero es que para eso hace falta tiempo.
Correcto. Así que si para ti es importante felicitar la navidad, o que otras personas o empresas sepan que les importas, o que tienes un mensaje que quieres que sea leído, o posicionar tu marca haciendo algo distinto, por favor, tómate tu tiempo y la molestia para personalizar, porque además tiene un poderoso retorno de la inversión.
A mi me encanta felicitar las navidades, pero personalizando.
En las pasadas fechas escribí de mi puño y letra (nunca uso las impresas, ni a nivel personal ni corporativo) 67 “Christmas” o tarjetas navideñas (que supone comprarlas, tener los sellos, llevarlas a correos, muchas veces mete
r una foto de los niños que hay que hacer antes, seleccionar e imprimir, etc) Y en la mayoría de los casos, he enrolado a la familia para que todos escribamos algo en cada una.
Y luego más de 290 mails personalizados de felicitación, expresamente enviados desde mi correo electrónico uno a uno por mi.
Además hay que tener en cuenta que hay una diferencia importante entre enviar algo a alguien y que esas personas visiten un lugar tuyo (por ejemplo, en mi muro de Facebook sí puse un mensaje para todo el mundo, pero porque las personas vienen a mi)
¿Esto lleva tiempo? Sí. ¿Recursos? Sí. ¿Energia? Sí.
¿Compensa? A mi por lo menos, también. Porque cumplen con el objetivo que me he marcado, y es que las personas que lo reciben sientan que son únicas y especiales y que les deseo lo mejor de verdad, a ellos en concreto. Porque eso es lo que persigo.
Así que para mi el ritual de envío de felicitaciones cada navidad está agendado, tiene su procedimiento y su tiempo asignado en agenda, y por eso sucede finalmente (si no se mete en la agenda no existe, recuerda).
¿Cómo se siente alguien que recibe en el buzón de correos una carta que no es de la agencia tributaria, o una multa de tráfico, o cualquier publicidad al uso? ¡UNA CARTA DE VERDAD! (Cada vez más personas me dicen que es la única carta de alguien “persona” que reciben al año).
¿Y cómo se siente alguien que recibe un mail donde en la cabecera va su nombre, o un mensaje de audio en Whatsapp personalizado solo para élla o él, o uno en video grabado ex profeso?
Conseguiremos que lo abra, que lo lea con interés, con cariño, que preste atención a lo que tenemos que decirle, que nos recuerde, y estaremos haciendo algo que nadie hace, con lo que nos posiciona extraordinariamente en la mente de esa persona.
Así que practica marketing del bueno aunque sea sin pretenderlo.
Las próximas navidades, haz sentir especial a aquellos a los que les felicites las pascuas. Y Recuerda, si no es así no me mandes felicitación al menos a mi ( y si me la mandas pese a todo, no garantizo el leerla, escucharla o verla). Ahí te lo dejo, y aunque falte un año, ya se puede practicar esto con miles de cosas más en nuestros negocios.
Recuerda: las personas anhelamos sentir que importamos. Conságrate a ello y te irá genial.
Y ahora… ¿cual que acción breve e inmediata con respecto a esto vas a emprender?
Josepe García. Es una de las primeras autoridades en España para emprendedores y profesionales del desarrollo de las personas que quieren emprender con éxito, además de pionero en la formación de alto impacto para transformar vidas y negocios. director del Instituto Impact y Creador de “Vivir del Co
aching”, ha entrenado a cientos de alumnos que hoy tienen negocios muy prósperos. Con más de 1800 sesiones de coaching a emprendedores a sus espaldas, ha hecho crecer su empresa un 400% en los últimos 4 años. Es colaborador asiduo de la revista «Emprendedores», empresario desde los 23 años, miembro de AJE Madrid desde 1993, es coach profesional de ASESCO, miembro de ICF y AECOP, Coactive Coach por CTI, especailista en Inteligencia Emocional por la UCJC y trainer en PNL por el IPH. Creador de primera escuela de oratoria para empresarios de España, y también de programas punteros como «Top Speaker and Trainer», “Maestro de Maestros”, y autor de libros como «Buen Camino»,o «PNL para líderes».
¿Eres empresario o profesional? ¿quieres mejorar tu oratoria exponencialmente? Desde el Instituto Impact te presentamos
«CONQUISTA CON LA PALABRA:
4 claves cruciales para que los empresari@s y profesionales consigan una comunicación persuasiva y que impacte para influir y ganarse a la audiencia
2 días que cambiarán tu manera de comunicar para siempre
